artículos de actualidad
Mayo 2010
Hacia otro modelo residencial
Autor: Gabriel Gallardo
Un grupo estatal integrado por una veintena de expertos y expertas de diferentes profesiones, comunidades autónomas y procedencias (sector público y privado) constituido desde finales del 2008 a propuesta del IMSERSO, tiene como cometido analizar el actual modelo de residencias para la atención de las personas mayores en España y elaborar un documento que siente las bases de la calidad de un nuevo enfoque para los alojamientos de las personas mayores que por su situación de dependencia ya no puedan seguir viviendo en sus hogares.
El punto de partida es el reconocimiento de que el actual e imperante modelo de residencias en nuestro país no responde a los deseos de las personas ni posibilita un trabajo de mejora de la calidad de vida de las mismas.
Las personas mayores y las familias acuden a las residencias cuando no queda más remedio pero son lugares no deseados. Y esta percepción tiene que ver, en gran parte, con cómo hoy en día se siguen construyendo y organizando las residencias en nuestro país: centros de capacidad elevada (es frecuente los centros que albergan 100 o incluso más plazas) que funcionan a modo de instituciones donde las normas, la atención uniforme, la insuficiente privacidad, la organización de la atención centrada en el procedimiento y en las condiciones laborales, priman sobre la atención personalizada, la libertad personal, las costumbres y los deseos de las personas.
Levantarse y acostarse a una misma hora (habitualmente pronto), compartir habitación, tener reducida su libertad para hacer lo que uno quiere por falta de personal o por el argumento de su seguridad, son dificultades cotidianas que caracterizan nuestras residencias, independientemente de que cumplan los metros, los servicios básicos de atención o las ratios de profesionales exigidos en las normativas vigentes.
Hay que destacar que el debate de redefinición del modelo residencial hace años que se inició en otros países.
Por ese motivo se ha creído necesario tener en cuenta para definir un nuevo modelo de atención residencial, algunas experiencias internacionales y determinar qué particularidades de: Suecia, Dinamarca, Alemania, Francia y Gran Bretaña, pueden ser aplicables y útiles en el contexto español.
En los países nórdicos hace años que ni se construye ni tan siquiera se habla de residencias (en Dinamarca se han prohibido por Ley en el año 1987). El modelo residencial está amortizado por considerarse que no resulta adecuado para atender a las personas mayores favoreciendo su calidad de vida. La apuesta en estos países para las personas mayores que necesitan cuidados y tienen que dejar su hogar, se dirige hacia lo que se viene denominando alojamientos con apoyos (apartamentos con servicios o pequeñas unidades de convivencia para las personas con deterioro cognitivo) donde además de prestar cuidados y servicios de atención personal se garantiza la privacidad, la independencia, y el que la persona, independientemente de su grado de deterioro, pueda seguir con sus costumbres, con su ritmo de vida, cumpliendo sus deseos, y en la medida de sus capacidades, ejerciendo el control de su propia vida.
Este grupo de expertos se vienen reuniendo y trabajando en red, con el objetivo de sentar las bases de un modelo de calidad en los centros de alojamiento para personas mayores de modo que éstos estén orientados realmente a las personas que en ellos viven. Alternativas de alojamiento donde la privacidad, la elección sobre cuestiones básicas de la vida diaria (a qué hora me levanto o me acuesto, cómo se me atiende, qué quiero hacer hoy, con quién voy a estar o no estar) y la flexibilidad sean posibles. Lugares de continuidad de vida propia integrados en la comunidad, donde las familias y allegados tengan espacio y papel.
El reto no es sencillo: ofrecer un marco que permita conjugar calidad (pero calidad pensada desde la persona y no desde la organización) con sostenibilidad de los recursos.
Resistencias al cambio existen. Pero que nadie lo dude. Necesitamos mirar a Europa, España más que otros países. Ahora es el momento del tránsito hacia otro modelo residencial. Momento de no conformarnos con lo que ya existe. Pensando en las personas y pensando con las personas.
Vivir como en casa. Definir un nuevo modelo de atención residencial es un reto complejo
Autor: M. Simonutti
Fuente: Nosotros los mayores
El debate por definir un nuevo modelo de atención residencial para las personas mayores y dependientes está en marcha. Repensar el modelo vigente de grandes residencias, implica establecer el centro de la mirada principalmente en la calidad de vida y atención de las personas mayores.
“Parece que la palabra claves es 'vivir como en casa', acercar al máximo el modelo de vida cotidiana en un centro residencial a la vida normal de las personas” -dice Mayte Sancho, psicóloga y gerontóloga asesora técnica de Institucional de la Fundación Instituto Gerontológico Matía.
A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años de la ampliación de la red de servicios públicos y privados que acerca la cobertura de plazas residenciales a la media europea, “estamos ante un sistema residencial con bastantes carencias, muchas de ellas derivadas de su escasa financiación y todavía en proceso de maduración, pero sobre todo, en el que no está suficientemente definido el papel que desempeñan sus protagonistas: las personas mayores, cuya capacidad de decisión y por lo tanto, el fomento de su autonomía es alarmantemente escasa.
En una residencia todo está decidido, las preferencias de las personas tienen muy poco espacio, entre otras cosas, porque ni siquiera hay tiempo para atenderlas. De hecho, las residencias son un recurso no deseado por la ciudadanía, cualquiera sea su edad. Y mucho menos por las personas
mayores. Las razones de este rechazo son muchas y no todas tienen solución, pero al menos tenemos que intentar afrontar un modelo un poco menos amenanzante para sus potenciales clientes”, sostiene Sancho.
En el mismo sentido apunta la psicóloga, docente e investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona Mercè Pérez Salanova. “Las organizaciones residenciales secuencian la vida de las personas en función de los servicios que les prestan. Entonces la secuenciación del ritmo de vida cotidiano lo establece la organización de los servicios y no las personas. Lo que le da sentido a la vida de las personas es cómo llevan, cómo organizan, cómo manejan, cómo dan sentido a su vida cotidiana. Cada uno le da su propio sentido. Y si no podemos hacerlo, la vida cotidiana resulta alienante. Para cualquiera. Esa misma noción es válida para los mayores y dependientes.
Si no le pueden dar sentido a su vida, las personas se vuelven sobredependientes y en este caso, sobredependientes de una organización que le provee determinados servicios”, afirma la especialista. Y señala que junto con la necesidad de centrar la mirada en la vida cotidiana, hay otra idea que va aparejada que es cómo se promueve la autonomía personal. “Si me consideran sólo como alguien que necesito algo y consideran que no puedo tener otro tipo de aspiraciones o preferencias, es muy difícil que me sienta reconocido y que encuentre un sentido a mi vida”.
Esta consideración o desconsideración hace que aparezcan los fenómenos de los mayores resignados, abúlicos, desinteresados o bien rebeldes y que ejercen la protesta contínua. “Porque ese es el camino que tienen para expresarse”, sostiene Salanova.
Teresa Martínez, psicóloga y experta en gerontología social, con responsabilidad en el ámbito de la planificación y la calidad de los servicios sociales en el Principado de Asturias, afirma que “tenemos un modelo muy institucional que no responde a las preferencias de las personas.
Centros con muchas normas, sobre todo si tienen gran capacidad de plazas, poca flexibilidad, atención uniforme, habitaciones frecuentemente compartidas con la consiguiente falta de privacidad, capacidad de elección restringidas y escasa atención a las costumbres previas de las personas, caracterizan estos modelos institucionales”. “El cambio de modelo es imparable -dice- porque así lo demanda la ciudadanía, los mayores de hoy y los que mañana lo seremos”.
¿Hacia dónde vamos?
Teresa Martínez indica que “hacia centros integrados en el entorno, no masificados, que en su diseño se asemejan a la vivienda habitual, donde la persona dispone de su espacio privado y se siente dueña del mismo. Centros donde además de recibir cuidados y servicios de atención personal, se garantiza la privacidad, la independencia, y el que cada persona, con independencia de su grado de deterioro, puede seguir con sus costumbres y actividades significativas. Centros donde los profesionales además de estar formados en cuidados personales básicos, organizan sus actuaciones desde la atención centrada en la calidad de vida de la persona”.
“Es un reto complejo que exige un gran esfuerzo y un itinerario de adaptación progresivo -concluye Mayte Sancho- pero creo que debemos abrir esta reflexión, intercambiar buenas prácticas desde este marco conceptual y avanzar en un modelo que nos guste un poco más a todos. No podemos seguir planificando lo que no queremos para nosotros mismos”.
Villallana: envejecer en el entorno
La Federación de Asociaciones de Mayores del Principado de Asturias (FAMPA) tiene proyectada en Villallana (Ayuntamiento de Lena) la construcción de una serie de viviendas que están a medio camino entre los pisos tutelados y las residencias.
En la propuesta, los usuarios dispondrían de su propio apartamento, pero tendrían servicios comunes como cocina, comedor y lavandería.
Será el primer servicio de este tipo gestionado por el movimiento aso- ciativo.
La presidenta de FAMPA, Dolores San Martín San José, afirma que “es muy difícil comenzar de nuevo en un espacio en el que todo te resulta extraño y desconocido. Lo primordial es hacer de las residencias una prolongación de nuestra vida".
Incluso trasladando nuestras pertenencias: nuestra cama, nuestra mesita, nuestra colcha o aquello que deseemos llevarnos. Es también muy importante decidir si queremos compartir o no la habitación. Y, de hacer- lo, elegir con quién. La idea de nuestro proyecto es precisamente ésa. Y lo más novedoso es que pretendemos compartirlo con personas jóvenes, de todas las edades. Es decir, no sería una residencia para mayores, sino un equipamiento más. Por eso también tenemos previsto hacer una guardería/ludoteca, en la que las personas mayores colaborasen de forma voluntaria en la atención y cuidado
de los menores”.
“Por el momento -indica la presidenta de FAMPA- el proyecto está en fase de maduración, aunque las ideas que queremos mantener son la individualidad, el poder de decisión de las personas, la intergeneracionalidad, el proyecto de guardería/ludoteca, así como la habilitación de una huerta ecológica y un telecentro, para que los que la habiten tengan oportunidades de hacer cosas diferentes, ya que todos somos diferentes”.
Experiencias en otros países: los apartamentos son el recurso más frecuente en los países escandinavos
M.S.
Desde el año 1985 en Suecia las personas mayores y discapacitadas tienen derecho a vivir y recibir cuidados en una “vivienda completa”, lo más parecida posible a una vivienda normal, incluso cuando viven en un centro residencial. Por ende, ya no hay habitaciones compartidas en los centros, sino apartamentos de unos 28 m2, como mínino, equipados con baño, kitchenette y alcoba, que los residentes decoran con sus propios muebles y pertenencias, según información suministrada por la experta sueca Astrid Lindström, licenciada en Ciencias Sociales y consultora freelance en política social. Los residentes tienen un contrato de alquiler de su apartamento.
El alquiler y la comida se pagan aparte, pero las personas con bajos ingresos pueden solicitar un subsidio estatal para el alquiler, y para los cuidados hay una tarifa máxima establecida por el gobierno central.
Para poder tener acceso a un apartamento y a los servicios en un centro residencial la persona mayor o discapacitada tiene que presentar una solicitud a la unidad de valoración de los servicios sociales municipales.
La ley de servicios sociales indica que la persona solicitante tiene derecho a participar activamente en la valoración de la necesidad y en la elección del centro y/o servicio/s que mejor se adecuen a su necesidad y preferencias.
En el caso de personas discapacitadas menores de 65 años, ya no hay instituciones o centros grandes de ningún tipo. Las que necesitan cuidados las 24 horas, y que no pueden seguir viviendo con su família, viven, en viviendas de grupo integradas en el barrio, de cómo máximo 6 apartamentos, agrupados alrededor de un piso de apoyo con espacios comunes y una habitación para el personal cuidador. O bien viven solos en pisos adaptados, no agrupados, integrados en bloques de pisos del barrio, con apoyo de un asistente personal o con acceso a un piso de apoyo con personal las 24 horas, donde pueden ir a comer, pasar el tiempo libre en compañía con otras personas discapacitadas, que viven solos en pisos en el mismo barrio.
En los centros residenciales para personas mayores, la normativa no impone una restricción en cuanto al número de apartamentos que pueden haber en el centro, pero los apartamentos que son para personas con grandes necesidades asistenciales, que necesitan atención las 24 horas, tienen que formar pequeñas unidades, con 8 y cómo máximo
10 apartamentos agrupados alrededor de una cocina abierta al comedor, comedor, sala de estar, terrazas y/o jardín de uso común.
Este tipo de centros es el que predomina actualmente en Suecia.
Espacios abiertos
En los centros grandes, sobre todo en los de Estocolmo, en la planta baja hay normalmente un Centro de Día y espacios abiertos a los vecinos del barrio: restaurante, café, sala de actos, biblioteca, pelúquería, podología, un pequeño colmado, sala de fitness...
Hay otra tipología de centro para personas mayores:
Viviendas/Apartamentos , promovidos por Asociaciones y Cooperativas
de Mayores y por imobiliarias públicas y privadas, diseñadas a menudo con participación de los futuros residentes, para personas sin necesidad de cuidados, pero que quieren vivir en una vivienda moderna, adaptada, confortable y compartir espacios y actividades. Estos pueden ser de alquiler o de compra y se puede acceder sin la valoración previa de la necesidad por parte de los servicios sociales.
En muchos países ya se ha transformado las residencias tradicionales o se está en proceso de transformarlas en “viviendas con servicios” o en “viviendas con pequeñas unidades de convivencia” de carácter hogareño.
En los países escandinavos éste es el modelo predominante, aproximadamente un 25% de las residencias para personas con demencias son transformadas en viviendas con pequeñas unidades de convivencia. Este modelo es llamado “Small Scale Living Units” en Holanda, “Cantou” en Francia, “Grouphousing (Gruppboende)” en Suecia, “Domus” en Inglaterra, “Household Model” o “Green House Model” en los Estados Unidos.
Los gobiernos de Holanda, Inglaterra, Canadá, Australia promueven cada vez más “Housing with Care” (Viviendas con Servicios) para las personas mayores, “Extra Care Housing” y la adaptación del stock existente de viviendas y de las de nueva construcción a las necesidades del creciente número de personas mayores bajo el concepto de "Life Time Homes"
CARACTERÍSTICAS DE LAS RESIDENCIAS TRADICIONALES VS LAS DE NUEVA CONCEPCIÓN
Fuente: Verbeek et al; BMC Geriatr. 2009; 9: 3. Published online 2009 January 20.
doi: 10.1186/1471-2318-9-3, licensee BioMed Central Ltd.
Copyright © 2009
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS
Residencias tradicionales
- Unidades grandes (más de 20 residentes/unidad)
- Pasillos largos
- Carácter institucional
Residencias de nueva concepción
- Unidades pequeñas (6-10 residentes/ unidad)
- Comedor y cocina abierta al comedor al medio de cada unidad
- Carácter doméstico, parecido a una casa tradicional
CARACTERÍSTICAS SOCIALES
Residencias tradicionales
- Una multitud de residentes y personal con roles y funciones muy diferenciados
Residencias de nueva concepción
- Énfasis en la vida en familia de antaño
- Los residentes forman una comunidad
- El personal forma parte de la comunidad
CARACTERÍSTICAS ORGANIZATIVAS
Residencias tradicionales
- Organización jerárquica (de arriba a abajo): la dirección de la residencia decide las rutinas diarias
- Diferenciación de las funciones del personal por competencias: muchas categorías profesionales y funciones
Residencias de nueva concepción
- Organización de abajo a arriba (bottom-up): los residentes, las familias y el personal de atención directa deciden conjuntamente las rutinas diarias
- Todo el personal realiza funciones integradas: de enfermería, atención personal y domésticas
El abordaje del tratamiento de la Fibromialgia desde un enfoque fundamentalmente no farmacológico
Fuente: Editorial médica Panamericana
Liliana Rico (Coordinadora Departamento de Comunicación)
12 de mayo de 2010
En el Día Internacional de la Fribromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica, Editorial Médica Panamericana ofrece una obra novedosa que aporta una nueva luz para paliar sus síntomas: la actividad física
El Síndrome de la Fibromialgia ha sido estudiado desde muchos puntos de vista por muy diversos investigadores y aunque en los últimos años se ha aportado mucha luz a una enfermedad que afecta en su mayoría a una parte importante de la población femenina adulta, son muchas las sombras que aún la rodean. Afortunadamente, parecen haber pasado los tiempos en los que se negaba su existencia o se mantenía en el limbo de la neurastenia, intentando separar lo inseparable: lo somático de lo psicológico.
Hoy sabemos que la Fibromialgia es un Síndrome idiopático (no se conoce sus causas) y crónico, de dolor no articular con puntos dolorosos (tender points) generalizados.
Normalmente se asocian otros síntomas como fatiga, alteraciones del sueño, cefalea, rigidez matutina, parestesias, ansiedad. Todo ello, da como resultado una enfermedad muy invalidante con un gran impacto en la calidad de vida de quienes la padecen, que no son pocos.
Desafortunadamente, en la actualidad no se cuenta con tratamientos curativos y hay una gran discusión sobre su etiología y su patogenia: ¿Por qué se produce? ¿Cómo se explican sus signos y síntomas? Sin embargo, la buena noticia es que no siempre se precisa conocer las causas o la patogenia para curar o aliviar las enfermedades.
La investigación ha permitido establecer estrategias y tratamientos farmacológicos y no farmacológicos que atenúan los síntomas y mejoran la calidad de vida de las personas afectadas por la Fibromialgia.
Son muchos los libros y artículos que se refieren a los tratamientos farmacológicos y al enfoque médico en sentido estricto, y no tantos los que abordan aquellas actuaciones complementarias que ayudan a mejorar la calidad de vida de la persona con Fibromialgia, como es la promoción de la salud de estos pacientes a través de la actividad física.
El autor de “Fibromialgia” es Carlos Ayán, Doctor en Ciencias de la Educación Física y el Deporte por la Universidad de León, Profesor Asociado de la Facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte en la Universidad de Vigo, y uno de los pocos profesionales de la Educación Física cuyas investigaciones sobre los efectos del ejercicio físico en la salud, concretamente en poblaciones afectadas de enfermedades crónicas, han logrado ser publicadas en revistas de alto impacto internacional especializadas en la materia. Como miembro del Grupo de Investigación Comunitaria en Epidemiología y Salud de la Universidad de León, ha realizado diferentes investigaciones sobre la importancia que el ejercicio físico tiene en la Fibromialgia.
Háblenos de su experiencia: ¿En qué consiste su propuesta, en qué está basada?
La idea de plantear ejercicio físico en enfermedades crónicas surge de la necesidad de romper el círculo vicioso del que suelen ser prisioneros las personas que las padecen. En la mayoría de los casos, la fatiga aparece como uno de los síntomas más característicos, unido a la depresión. Ambos factores provocan la adopción de un modo de vida sedentario, en el que el paciente poco a poco va reduciendo su vida social y su nivel de actividad física, por lo que acaba recluido en su hogar. Esta reclusión repercute negativamente en su nivel condicional, por lo que la fatiga cada vez se hace más presente, y la persona reduce progresivamente su nivel de actividad
El motivar a las personas afectadas de FM a que realicen algún tipo de ejercicio físico, supone un estímulo para que “rompan” ese círculo vicioso. La práctica de ejercicio es un excelente modo de mejorar el estado de forma, y de soportar en mejores condiciones la fatiga, además de sur un medio de socialización importante.
¿Qué aporte hace para especialistas y pacientes?
Muchos de los especialistas relacionados con el mundo de la salud tienen una escasa o nula formación en temas relacionados con la prescripción del ejercicio físico, tanto en personas sanas como en aquellas afectadas por alguna enfermedad. Este libro puede hacer las funciones de guía básica, y de él pueden ser extraídas ciertas pautas básicas, que permitirían orientar al paciente hacia una práctica deportiva segura y sana.
Con respecto a los pacientes, la obra presenta una información de muy fácil lectura y comprensión, y aleja la idea de que las personas afectadas de FM no deben ejercitarse. Por otro lado, la clara división de la obra en tres grandes bloques temáticos (características y tratamiento de la FM, perfil psicológico y condicional del paciente, y posibilidades de la rehabilitación física), ayudará a que el lector comprenda mejor su enfermedad y encuentre maneras efectivas de afrontar sus síntomas, sobre todo mediante la práctica de ejercicio.
¿Por qué centrarse en el tratamiento no farmacológico?
La razón es muy clara. Prácticamente todos los libros o manuales sobre patologías incluyen un capítulo relacionado con el/los tratamientos farmacológicos que generalmente suelen ser prescritos. Sin embargo, muy pocas “tocan” el tema del ejercicio físico, y me atrevería a decir que casi ninguna lo trata con la profundidad e importancia que se merece. Nuestra obra huye de este tópico, puesto que consideramos que el ejercicio físico es una estrategia que debe ser tenido muy en cuenta a la hora de abordar la FM.
¿Son tratamientos excluyentes?
No, más bien complementarios. Por supuesto, el ejercicio no es un sustituto de la farmacoterapia, pero si que debe ser entendido y aceptado como un elemento más dentro del abordaje multidisciplinario que se postural como ideal, dentro de muchas de las patologías crónicas.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento debe partir de las características del paciente, detectar sus puntos débiles y trabajar sobre ellos. En mi experiencia, me he encontrado con muchas mujeres fatigadas y con cierta hipertonicidad muscular, que achacaban estos problemas a la FM. Sin embargo, como he mencionado anteriormente, esta situación es una consecuencia de no saber o poder convivir con la enfermedad. La solución es tratar de mejorar su condición física mediante ejercicios sencillos que estimulan su aparato locomotor y cardiovascular.
A este respecto, la obra presenta numerosos ejemplos de diferentes tipos de ejercicios y modalidades deportivas que pueden ser practicados por las pacientes, y que sin duda tendrán un efecto positivo en su salud, y por lo tanto en su calidad de vida.
¿Qué mejoras ha visto en sus pacientes?
Prácticamente las pacientes mejoran en todo. En nuestros estudios hemos observado que no sólo su organismo responde al ejercicio como el de una persona sana, sino que además los efectos beneficiosos en la calidad de vida de éstas son muy notables. De manera más específica, puedo decir que las pacientes que hemos tratado han experimentado mejoras a nivel de fuerza muscular, movilidad articular y resistencia general. Esto ha supuesto que ellas mismas fuesen encontrando menos problemas a la hora de afrontar las tareas de la vida diaria, y se fuesen volviendo más activas.
Por otro lado, desde nuestro punto de vista, es fundamental el fomentar la creación de sesiones grupales, es decir, que los propios afectados se reúnan con otras personas en su misma situación y traten de ejercitarse conjuntamente. Esta es sin duda la mejor forma de ampliar su espectro social, y de compartir inquietudes y problemas con personas que realmente pueden comprender la problemática que rodea a la FM.
¿Cuál es el objetivo de esta obra?
El objetivo es mostrar una información actualizada sobre qué es la FM, cuáles son sus causas y qué estrategias son las más efectivas a la hora de tratar sus síntomas. Conviene destacar que se presta especial atención a los tratamientos no farmacológicos, y dentro de los mismos, a la rehabilitación física, que no sólo es tratada desde el punto de vista del ejercicio, sino que también se establecen pautas para su abordaje fisioterapéutico e incluso se presentan las posibilidades y aplicaciones que ofrecen algunas de las técnicas orientales más conocidas, como por ejemplo el Yoga.
¿A quién va dirigida?
Como coordinador de la obra he puesto especial cuidado en que la obra pudiese responder a los intereses de todas aquellas personas que pudiesen estar interesadas en la enfermedad.
Por ello, estoy seguro d que muchos de los profesionales del mundo de la salud (médicos, fisioterapeutas, enfermeros, licenciados en Educación Física, etc.), así como los propios enfermos o incluso sus familiares, encontrarán el contenido de esta obra muy atractivo, tanto por la facilidad de su lectura como la relevancia de los contenidos que en ella se presentan.
Artículos anteriores:
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Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre, Diciembre
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