artículos de actualidad abril 2020

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junio 2024

Una investigación NO demostró que todos los estudios sobre el alzheimer sean un fraude

Fuente: chequeado.com
Autores: Florencia Ballarino e Ignacio Corral


Circulan en Telegram y Twitter distintos posteos que aseguran que las investigaciones sobre el alzheimer “son un fraude” y que la enfermedad “no se ha tratado correctamente en los últimos 16 años”. Los posteos en Telegram fueron vistos más de 18 mil veces y en Twitter recibieron un total de mil retuits.

Las afirmaciones supuestamente se basan en una publicación de la revista Science que reveló un posible caso de fraude en una importante línea de investigación sobre el alzhéimer.

Si bien el estudio de Science detalla irregularidades en las imágenes que se utilizaron como fuentes de otras investigaciones, eso no significa que todos los avances y estudios sobre la enfermedad son un “fraude”, tal como afirman los posteos virales. Los expertos señalan que los hallazgos de la investigación deben contextualizarse correctamente antes de sacar conclusiones.

El estudio cuestionado

La investigación publicada por Science expone que el neurocientífico Matthew Schrag descubrió anomalías en las imágenes que se usaron como prueba de un estudio sobre alzheimer publicado por Sylvain Lesné en 2006 por la revista Nature.

La publicación de 2006 explica que una de las posibles causas del desarrollo de alzheimer era la acumulación de las denominadas placas de beta amiloide de subtipo Aβ*56 en tejido cerebral. La beta amiloide es una proteína esencial para la transmisión de información entre neuronas.

En esa línea, previo a la investigación de Lesné, otros científicos ya estudiaban la acumulación de esta proteína desde 1990. Sin embargo, las cientos de imágenes de las pruebas hechas en ratones presentes en el estudio, según Schrag, fueron manipuladas para simular una mayor presencia de esta proteína.

Aunque es cierto que varias investigaciones se han sustentado en el estudio de Lesné, el posible fraude no desmonta la hipótesis del amiloide y el alzheimer, según afirman distintos expertos dedicados al estudio de las enfermedades neurodegenerativas. El investigador Karl Herru, de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos), explicó en Twitter: “La magnitud del fraude es espeluznante, pero la importancia para el campo del alzhéimer se ha exagerado gravemente”.

También en Twitter, el investigador Samuel Marsh explicaba que “el trabajo principal en cuestión no estableció el modelo de la placa amiloide. Hablaba de un oligómero específico denominado AB*56. Hay muchos otros artículos en este campo que muestran la importancia y los efectos de los oligómeros y las placas”. Y agregó: “Este artículo, aunque influyente, no fue la base de los últimos 16 años de investigación”.

Por su parte, el neurólogo Juan Fortea, coordinador del Grupo de Estudio de Neurología de la Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN), indicó a Science Media Center: “este trabajo no es un pilar de la hipótesis de la cascada del amiloide, que se formuló años antes de la aparición de estas publicaciones de este autor. La hipótesis se basa fundamentalmente en la evidencia genética que relaciona el procesamiento del amiloide con la demencia tipo alzheimer”.

La enfermedad de alzheimer

Los científicos creen que hay muchos factores que influyen en cuándo comienza y cómo evoluciona la enfermedad de alzheimer. El factor de riesgo conocido más importante para el alzheimer es la edad. La cantidad de personas con la enfermedad se duplica cada 5 años después de los 65 años. Aproximadamente un tercio de todas las personas mayores de 85 años podría tener la enfermedad de alzheimer, según los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos.

Las causas del alzheimer de inicio tardío, la forma más común de la enfermedad, aún se desconocen y probablemente incluyen una combinación de factores genéticos, de estilo de vida y ambientales, como contamos en esta nota.

En los últimos años ha habido un debate intenso sobre la relevancia del amiloide en la enfermedad de alzheimer. Una razón es que bastantes personas mayores presentan placas de amiloide, pero no tienen síntomas, por lo que este podría no ser suficiente para desarrollar la enfermedad.

La hipótesis amiloide ha tenido muchos éxitos, como el desarrollo de biomarcadores para los estados iniciales de esta demencia. También ha dado lugar una terapia prometedora, el uso de anticuerpos monoclonales anti-Aβ. El más famoso es el aducanumab, que fue aprobado en los Estados Unidos en medio de una fuerte polémica.(hoy retirado) en favor de otras dos fórmulas aprobadas por la FDA.

Sin embargo, no se trata de la única hipótesis sobre las causas de la enfermedad. En el último tiempo, se ha prestado más atención en la correlación existente entre el alzheimer y la aparición de formas anormales de la proteína tau en el sistema nervioso central.

En conclusión, las afirmaciones que dicen que todas las investigaciones sobre el alzheimer son una farsa y que son inválido los esfuerzos de los últimos 16 años son incorrectas: la información fue sacada de contexto.

¿El Alzheimer se revela en el dentista?: las señales que podrían anunciarlo años antes de que se manifieste

Fuente: www.infobae.com
Autora: Silvia Pardo

Distintos estudios científicos vinculan la periodontitis con la enfermedad degenerativa. Aunque no causa el inicio de esta demencia, es importante reducir el riesgo de infección mediante una higiene adecuada y el control odontológico frecuente. La opinión de dos expertos a Infobae

Según la Organización Mundial de la Salud, más de 55 millones de personas viven con demencia en el mundo y esta cifra está aumentando aceleradamente. Se calcula que para 2050, las personas que presentarán esta enfermedad se triplicará hasta alcanzar los 139 millones. El Alzheimer es la causa más común de demencia en adultos mayores por lo que los expertos consideran que se está enfrentando una pandemia emergente de esta afección.

Ante la falta de tratamientos que la curen, la detección temprana sigue siendo uno de los principales enfoques terapéuticos. El último hallazgo significativo en este campo, según un estudio, tiene que ver con la periodontitis, conocida como la enfermedad de las encías. Este descubrimiento viene a respaldar una hipótesis creciente en la comunidad científica en los últimos años: la enfermedad de Alzheimer no es sólo una enfermedad neurodegenerativa, sino que estaría vinculada con una infección.

¿El Alzheimer puede ser causado por una bacteria?

El doctor Norberto Raschella, jefe de Servicio de Neurología del Hospital Universitario Austral, respondió a Infobae: “En los últimos años, con el avance de la genética, ha adquirido un papel preponderante el estudio de la inflamación como proceso primario o secundario adicional involucrado en la génesis de patologías neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, por citar las más frecuentes. Se considera el papel de diferentes mecanismos etiopatogénicos involucrados en la neurodegeneración como, por ejemplo, la acumulación de proteínas mal plegadas, tal el caso del beta amiloide, la proteína tau fosforilada, y otros fenómenos como la producción de radicales libres, moléculas que ejercen efecto tóxico sobre las células”.

El equipo de investigación identificó unas enzimas tóxicas llamadas gingipaínas segregadas por la bacteria en el cerebro de los enfermos y que producen lesiones parecidas al Alzheimer.

Y explicó que desde hace algunos años se sabe que, en el caso de las enfermedades cerebrovasculares y cardiovasculares, la salud bucal juega un rol importante para evitar el daño de la capa interna de las arterias
(
endotelio), y que la presencia de placa bacteriana en las encías produce invasión de distintos gérmenes al torrente sanguíneo, con la consecuente cascada inflamatoria sobre el endotelio de las arterias.

“En el caso del estudio que nos ocupa, se ha detectado en cerebros de pacientes con Alzheimer, y en el líquido cefalorraquídeo moléculas correspondientes al germen Porphyromonas gingivalis (PG) denominadas gingipaínas, las cuales ejercen un efecto deletéreo (NdelR: nocivo) sobre las neuronas, células gliales y endotelio vascular.

Estudios de laboratorio realizados en ratones, a los cuales se les han administrado antibióticos de amplio espectro, demostraron la disminución de la acumulación de estas proteínas (gingipaínas) en áreas anatómicas involucradas en la enfermedad de Alzheimer”.

El estudio que respalda esta teoría fue publicado en la prestigiosa revista Science Advances. En él, el grupo de investigadores liderado por el microbiólogo de la Universidad de Louisville (Kentucky, Estados Unidos) Jan Potempa fue el que descubrió la bacteria Porphyromonas gingivalis (responsable de la periodontitis crónica) en los cerebros de pacientes fallecidos con Alzheimer. Se llevaron a cabo experimentos con ratones a los que provocaron infecciones bucales con el patógeno que llegó al cerebro y produjo el péptido beta amiloide.


¿Significan estos estudios que una bacteria es responsable de la enfermedad de Alzheimer?

El doctor Raschella contestó: “La respuesta es NO. Es simplemente un mecanismo más dentro de muchos otros involucrados en los procesos degenerativos que advierten sobre el papel de la inflamación en estas enfermedades y otro posible blanco terapéutico, que ha impulsado diferentes estudios de investigación donde participarían antiinflamatorios y diferentes antibióticos como potencialmente favorables”.

Por su parte, el doctor Ismael Calandri, (MN 133008), neurólogo del Servicio de Neurología Cognitiva de Fleni, ante la consulta sobre si el Alzheimer podría ser una infección producida por una bacteria, respondió a Infobae: “No, el Alzheimer no es una enfermedad infecciosa. Es una enfermedad neurodegenerativa en la que se depositan proteínas producidas por nuestras células pero con un cambio de forma (que llamamos plegamiento anormal) que hace que evadan los mecanismos tradicionales con los cuales son removidas de donde no se las necesita”.

Y completó la explicación de la génesis del Alzheimer: “Estos depósitos generan toxicidad sobre el complejo de neuronas y células auxiliares de ellas que hay en el cerebro. Se produce por el depósito de dos proteínas (una extracelular que se llama beta amiloide y una intracelular que se llama tau). Para que esto ocurra es necesario una cascada de eventos como anormalidades en el plegamiento de las proteínas, o en su producción, o en la remoción o en otros mecanismos compensadores”.

El médico indicó que aunque se ha aprendido muchísimo en los últimos años sobre todos estos procesos aun quedan puntos ciegos acerca de la cadena de eventos que se deben dar para que se produzca este proceso llamado “neurodegeneracion”. “Una parte de estos puntos aun en exploración es el rol de la neuroinflamación”, remarcó el experto.


Los avances del estudio

El doctor Stephen Dominy, otro de los autores del citado estudio explicó: “Ahora, por primera vez, tenemos evidencias sólidas que vinculan el patógeno P. gingivalis y el Alzheimer”.

El grupo de científicos también identificó unas enzimas tóxicas llamadas gingipaínas secretadas por la bacteria en el cerebro de los pacientes con Alzheimer. No obstante, también hallaron estas toxinas en cerebros de personas que no fueron diagnosticadas de este enfermedad neurodegenerativa.

“Nuestra hipótesis es que la infección por P. gingivalis actúa en la patogénesis de la enfermedad a través de la secreción de gingipaínas para promover el daño neuronal”, expresó el investigador. Este descubrimiento es importante porque encontrar estas bacterias en personas que nunca fueron diagnosticadas de Alzheimer podría sugerir que tal vez habrían desarrollado la enfermedad si hubieran vivido más tiempo.

Tras todos estos hallazgos, el estudio desarrolló un inhibidor de la gingipaína, pero no funcionó. Por lo que el próximo paso será la búsqueda de una nueva molécula que tenga la propiedad de inhibir la toxina y que no tenga efectos adversos importantes.


Los cuidados odontológicos

Los autores del estudio aclararon que la infección cerebral con P. gingivalis no es el resultado de una atención dental deficiente después del inicio de la demencia o una consecuencia de la enfermedad, sino “un evento temprano que puede explicar la patología encontrada en personas de mediana edad antes del deterioro cognitivo”.
Los cuidados de la salud bucal deben incluir una adecuada higiene y cepillado y visitas periódicas al odontólogo

El doctor Raschella señaló que la bacteria mencionada es habitual en la placa bacteriana dental, “hasta el 25% de los pacientes sanos la tienen, y por ende, se recomienda el control periódico de la salud bucal por parte del odontólogo, en pos de bajar el riesgo de infección, lo cual es beneficioso, pero no se puede tampoco establecer que sólo esto prevendría el Alzheimer porque existen diversos mecanismos etiopatológicos involucrados, incluso muchos aún desconocidos. Sería imprudente anunciar que la enfermedad de Alzhéimer se debe a este mecanismo y que así se previene su desarrollo”, destacó el neurólogo.

En coincidencia, el doctor Calandri señaló: “No existe una asociación causal, por ende, no podemos saber si prevenir o combatir esta infección podría afectar la ocurrencia o no de la enfermedad de Alzheimer. Sí sabemos que una adecuada salud bucal está estrechamente relacionada con eventos vasculares e infecciones sistémicas, cosas que sin duda pueden contribuir al rendimiento cognitivo a largo plazo. Los cuidados de la salud bucal deben ser una adecuada higiene y cepillado, con visitas frecuentes al odontólogo”, recomendó.

En cuanto al estudio en sí, consideró que resume distintas pruebas experimentales, “algunas en ratones, otras en cultivos celulares y muy pocas en cerebros humanos que pueden contribuir a asociar esta bacteria de la boca con procesos inmunes del cerebro que pueden estar asociados a la enfermedad de Alzheimer.

Bajo ningún modo son una evidencia causal que esta bacteria en la boca de los seres humanos aumente el riesgo ni mucho menos que sea la causa del proceso neurodegenerativo, solo es evidencia que indica a los científicos que deben mirar esto con más detenimiento para llenar estos vacíos en toda la cadena, cadena de la que conocemos muchos eslabones que no están asociados a la bacteria”.

Habrá que esperar a los descubrimientos de futuras investigaciones sobre esta hipótesis de la génesis del Alzheimer, que para algunos científicos es una vía nueva a recorrer en busca de desentrañar los mecanismos de la enfermedad.

Investigadoras del CSIC descubren la presencia de amiloides en la microbiota intestinal asociados con la enfermedad de Parkinson

Fuente: csic.es

El trabajo identifica amiloides bacterianos en el biofilm de la microbiota intestinal que exacerban las patologías causadas por α-sinucleína.

Se estima que en España 160.000 personas tienen párkinson y la cifra asciende hasta más de 7 millones en todo el mundo, según la Federación Española de Párkinson. Las enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad que implican agregación amiloide siguen siendo uno de los mayores retos de la medicina moderna. Desde hace tiempo se conoce que las alteraciones del microbioma gastrointestinal desempeñan un papel activo en la etiología de los trastornos neurológicos.

Ahora, un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (MICIU), ha descubierto la presencia de amiloides bacterianos asociados con la enfermedad de Parkinson en la microbiota intestinal (los microorganismos que viven en nuestro sistema digestivo). El hallazgo, que se publica en la revista Nature Communcations, podría aportar herramientas para hacer un diagnóstico precoz de la patología.

La microbiota del tracto intestinal forma el biofilm más abundante del cuerpo humano y tiene un impacto considerable en la salud y en la enfermedad de una persona. Esto ha permitido demostrar que las bacterias que habitan en el intestino humano producen proteínas asociadas al biofilm (BAP) que se ensamblan formando amiloides. Los amiloides bacterianos, que poseen una estructura fibrilar similar a los amiloides humanos, se acumulan en el intestino y podrían estar implicados en el desarrollo de enfermedades. Utilizando muestras fecales humanas, el equipo de investigación ha podido detectar la presencia de amiloides bacterianos, lo que ha permitido evaluar su potencial actividad neurodegenerativa.

Mediante el reanálisis de datos metagenómicos de pacientes con enfermedad de Parkinson y controles neurológicamente sanos, los investigadores han demostrado que la abundancia de los genes que codifican las proteínas BAP en el microbioma intestinal, se correlaciona con la enfermedad de Parkinson. Estos genes están localizados en el genoma accesorio de la microbiota, lo que sugiere que sólo ciertas estirpes bacterianas tendrán el potencial de producir amiloides.

Esto subraya la importancia de analizar el contenido genético de la microbiota en lugar de centrarse sólo en la presencia de ciertas especies bacterianas.

A través de distintos ensayos, que incluyen el cultivo de neuronas dopaminérgicas, modelos de Caenorhabditis elegans y de ratones, el equipo científico ha demostrado que los amiloides bacterianos interactúan con α-sinucleína y aceleran su acumulación. Una acumulación anormal de la proteína α-sinucleína está asociada a la enfermedad del Parkinson. La exposición a amiloides bacterianos en el cerebro de ratones aumenta significativamente la vida media de la α-sinucleína.

La disminución en el recambio de α-sinucleína se asocia con una disminución en los niveles de LAMP-2A, lo que sugiere que la actividad de autofagia mediada por chaperonas se ve comprometida por los amiloides BAP, una situación descrita y asociada con la enfermedad de Parkinson.

“Esta investigación cubre un vacío en el conocimiento, no sólo de los aspectos patológicos de la enfermedad de Parkinson, sino también de sus etapas iniciales a nivel intestinal. Nuestros resultados pueden tener importantes implicaciones para desarrollar herramientas que permitan un diagnóstico más precoz y terapias más eficaces dirigidas a los estadios iniciales de esta patología”, señala Jaione Valle, científica del Instituto de Agrobiotecnología (IdAB-CSIC).

En la investigación ha colaborado personal investigador del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja, la Universidad de Navarra, el CIMA, la Universidad Autónoma de Barcelona, HM Hospitales, NASERTIC y Navarrabiomed.

Referencia científica:
Ariadna Fernández-Calvet, Leticia Matilla-Cuenca, María Izco, Susanna Navarro, Miriam Serrano, Salvador Ventura, Javier Blesa, Maite Herráiz, Gorka Alkorta-Aranburu, Sergio Galera, Igor Ruiz de los Mozos, María Luisa Mansego, Alejandro Toledo-Arana, Lydia Alvarez-Erviti & Jaione Valle. Gut microbiota produces biofilm-associated amyloids with potential for neurodegeneration. Nature Communications. DOI: 10.1038/s41467-024-48309-x

Lecanemab y Donanemab: Avances Prometedores en el Tratamiento del Alzheimer

Fuente:quironsalud.com

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva e irreversible que afecta al cerebro, causando deterioro cognitivo, cambios en el comportamiento y en la capacidad funcional. Es la forma más común de demencia y afecta principalmente a adultos mayores de 65 años, aunque a veces puede ocurrir en personas más jóvenes.

Es un trastorno devastador
que afecta a millones de personas en todo el mundo, deteriorando la memoria, las habilidades de pensamiento y, en última instancia, la capacidad para realizar incluso las tareas más simples, afectando profundamente la vida de las personas que la padecen, sus familiares y seres queridos.

Si bien aún no se comprenden del todo las causas específicas de esta enfermedad, se sabe que está asociada con cambios en el cerebro, como la formación de placas de beta-amiloide y la presencia de ovillos neurofibrilares de proteína tau, que conducen a la pérdida de neuronas y de conexiones neuronales.

Según comenta el doctor Víctor Blanco Palmero, neurólogo especialista en la enfermedad de Alzheimer del Servicio de Neurología del Hospital Ruber Internacional, los tratamientos disponibles para la enfermedad de Alzheimer han sido históricamente limitados. Además, estos tratamientos, en su mayoría, se centran en aliviar los síntomas de la enfermedad, pero no abordan su causa subyacente ni modifican su progresión a largo plazo”.

Sin embargo, en los últimos años hemos recibido noticias alentadoras en el campo de la investigación del Alzheimer sobre el desarrollo de nuevos fármacos que muestran resultados prometedores en el tratamiento de esta enfermedad neurodegenerativa. “Estos fármacos, conocidos como biológicos, están diseñados específicamente para atacar la biología subyacente de la enfermedad, centrándose en actuar sobre las proteínas que se acumulan en el cerebro de las personas con Alzheimer en lugar de simplemente tratar los síntomas”, explica el experto.

Lecanemab y Donanemab: Dos anticuerpos prometedores contra el Alzheimer

Después de dos décadas de investigación con pocos avances significativos en el tratamiento del Alzheimer, nuevos fármacos, como Lecanemab y Donanemab, ofrecen una esperanza a los actuales pacientes de Alzheimer que las generaciones anteriores no tenían. “Actualmente, existen en torno a 150 moléculas distintas que se están probando en ensayos clínicos destinados al tratamiento del Alzheimer, pero las inmunoterapias como Lecanemab y Donanemab destacan como las opciones más prometedoras. Son dos anticuerpos monoclonales dirigidos contra la acumulación de beta-amiloide en el cerebro, una característica de la enfermedad de Alzheimer”.

En la enfermedad de Alzheimer tiene lugar la acumulación en el cerebro de la proteína beta-amiloide en forma de placas. Aunque esta proteína se produce de manera natural en el cerebro, su acumulación y agregación anormal contribuye al daño neuronal que caracteriza a esta enfermedad neurodegenerativa.

“Se cree que las placas amiloides desencadenan una serie de procesos patológicos en el cerebro, incluyendo la formación de ovillos neurofibrilares, compuestos principalmente por proteína tau, que producen cambios estructurales y bioquímicos que conducen a los síntomas cognitivos asociados con el Alzheimer. Tanto Lecanemab como Donanemab están diseñados para eliminar o reducir estas placas”.

Los resultados de los ensayos clínicos con Lecanemab y Donanemab han demostrado producir una disminución significativa en la acumulación de beta-amiloide, y, lo que es más importante, ralentizar el deterioro cognitivo en los pacientes con enfermedad de Alzheimer en etapas tempranas.

“En el año 2023 se presentaron los resultados de dos ensayos clínicos de fase 3 con esos fármacos: Clarity AD con Lecanemab y TRAILBLAZER-ALZ 2 con Donanemab. Sus resultados indican que a los 18 meses de seguimiento ambos fármacos son eficaces para disminuir la carga de β-amiloide y para enlentecer la progresión de varias medidas cognitivas y funcionales”.

El Lecanemab ha sido aprobado en Estados Unidos y se espera que en los próximos meses llegue a Europa, lo que permitirá su uso en nuestro país. En cuanto al Donanemab, el doctor Blanco comenta que actualmente está en proceso de aprobación y aún no ha sido autorizado para uso clínico. Ambos fármacos son administrados de manera intravenosa mediante infusiones.


Otras dianas terapéuticas: Proteína tau y neuroinflamación

Hay más razones para el optimismo. Según comenta el doctor Blanco Palmero, la investigación en este campo no se limita solo a la beta-amiloide. “Se están explorando diversas dianas terapéuticas para influir directamente sobre la biología de la enfermedad. Actualmente hay numerosos ensayos clínicos en curso incluidos fármacos que actúan sobre la proteína tau, la formación de ovillos neurofibrilares y los procesos neuroinflamatorios asociados a la enfermedad de Alzheimer”.

La proteína tau es una proteína estructural que se encuentra en las neuronas. Su función principal es estabilizar y mantener la estructura de los microtúbulos, que son componentes clave del citoesqueleto neuronal. En la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos neurodegenerativos, la proteína tau se modifica y se acumula anormalmente en forma de ovillos neurofibrilares que interfieren con las funciones neuronales, contribuyen al deterioro cognitivo y a la degeneración neuronal.

La neuroinflamación es una característica importante de la enfermedad de Alzheimer, que puede desempeñar un papel tanto en la progresión de la enfermedad como en la respuesta del sistema inmunológico a las placas amiloides y los ovillos neurofibrilares. Se cree que la inflamación crónica en el cerebro puede contribuir al daño neuronal adicional y a la progresión de la enfermedad.

Ambos procesos son objeto de intensa investigación en el campo de la neurociencia y la enfermedad de Alzheimer, con el objetivo de identificar nuevas estrategias terapéuticas para combatir esta devastadora enfermedad neurodegenerativa.

Recientemente, el doctor Blanco Palmero ofreció una conferencia sobre Nuevas terapias y técnicas diagnósticas en la enfermedad de Alzheimer“, abordando temas como biomarcadores plasmáticos para detección temprana, tratamientos específicos contra proteínas amiloide y tau, así como el inicio del proceso de aprobación de tres tratamientos, marcando un hito en casi dos décadas. Además, publicó una revisión en la revista médica del Hospital Ruber Internacional sobre Lecanemab y Donanemab en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.

En resumen, la investigación reciente en el tratamiento del Alzheimer ha mostrado avances prometedores con el desarrollo de nuevos fármacos como Lecanemab y Donanemab. Estos fármacos biológicos están diseñados para reducir la acumulación de placas amiloides en el cerebro, lo que ha demostrado ralentizar el deterioro cognitivo en etapas tempranas de la enfermedad. Lecanemab ya ha sido aprobado en Estados Unidos y pronto llegará a Europa, mientras que Donanemab está en proceso de aprobación.

Además de estos tratamientos, la investigación se está centrando en otras dianas terapéuticas como la proteína tau y la neuroinflamación, con el objetivo de desarrollar nuevas estrategias terapéuticas contra esta enfermedad devastadora.

Recientemente el doctor Víctor Blanco Palmero ofreció una conferencia sobre las nuevas terapias y técnicas diagnósticas en la enfermedad de Alzheimer, durante las Sesiones Generales del Hospital Ruber Internacional en la que abordo los temas de biomarcadores plasmáticos para detección temprana, tratamientos específicos contra proteínas amiloide y tau, así el inicio del proceso de aprobación de tres fármacos para el tratamiento de la enfermedad.

Recomendaciones de salud para prevenir complicaciones con la próstata

Fuente: quironsalud.com

Desde las sociedades urológicas se recomienda que los hombres se realicen chequeos anuales a partir de los 45-50 años, si no hay antecedentes previos de cáncer de próstata en la familia.

Si un hombre tiene antecedentes de cáncer prostático en padres o hermanos se recomienda, incluso, comenzar el primer control a los 40-45 años. Si un paciente, antes de esa edad, presenta algún síntoma urinario como dificultad para orinar o presencia de sangre en la orina o el semen deberá consultar con el urólogo de forma inmediata.

¿Por qué es indispensable el cuidado de la salud prostática?

Es necesario estar atentos y realizar las revisiones urológicas anuales con el objetivo de la detección precoz del cáncer de próstata. Los métodos para diagnosticarlo son la determinación del antígeno prostático específico (PSA) que se obtiene mediante un simple análisis de sangre y el tacto rectal. Esta prueba es un marcador muy útil de la próstata.

¿Por qué el hombre enmascara los problemas de próstata ante sí mismo, su entorno y los propios médicos?

Cada vez son más los hombres que son conscientes de su salud urológica y cada vez acuden más a partir de los 50 años para sus chequeos, no obstante, todavía estamos lejos del nivel de concienciación que sí tienen las mujeres con sus controles ginecológicos. Además, trastornos frecuentes como la disfunción eréctil lamentablemente continúan siendo tabú para muchos varones y les cuesta consultar.

Síntomas que deben encender la luz roja: dolor en la zona pélvica, dificultad para comenzar a orinar o para vaciar la vejiga, flujo urinarip débil, orinar con mucha frecuencia, con dolor o con escozor al orinar, o sangre en orina o semen.


Prevención y recomendaciones

No existe ninguna conducta preventiva en las enfermedades de la próstata, incluido el cáncer, no hay nada que pueda hacer el paciente para evitar su aparición, por eso los controles anuales con el urólogo son la mejor prevención.


Revisiones, frecuencia

Las revisiones urológicas, que todos los hombres se tienen que hacer anualmente a partir de los 45- 50 años, además de estudiar sus riñones y su vejiga, básicamente son para ver cómo orina, conocer exactamente qué medida tiene la próstata, a todos los hombres nos crece con la edad y puede dar problemas obstructivos al orinar, y sobre todo como despistaje de cáncer de próstata. Estos controles comportan realizar una analítica de sangre, una flujometría, una ecografía y un tacto rectal.

¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes vinculadas a la próstata?

Las patologías más frecuentes en la próstata son la prostatitis, un trastorno de la glándula prostática que produce inflamación y puede provocar severas molestias al orinar así como dolor en la ingle, en los genitales, en el abdomen, en la región lumbar, en la zona pélvica, en el escroto, en el recto, en el pene, o en los testículos; la hiperplasia benigna de próstata (HBP), que es un aumento de tamaño de la glándula prostática de carácter benigno y que es un trastorno muy frecuente en todos los hombres y que aumenta con la edad, y el cáncer de próstata, que se ha convertido en el cáncer más frecuente en hombres.


Cambios en la próstata que no son cancerosos

La próstata, una glándula del tamaño de una nuez que está entre la vejiga y el conducto de la orina y que produce el líquido seminal, suele dar sintomatología a todos los hombres a partir de los 50 años, en mayor o menor medida. Esta glándula crece con la edad y su agrandamiento se denomina hiperplasia benigna de próstata.


Cómo cambia la próstata cuando uno envejece

Con el paso de los años, la próstata se va agrandando. El 50% de los hombres de entre 51 y 60 años padecen Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP). A medida que va aumentando la edad, incrementa el porcentaje y entre los 61 y los 70 años alcanza el 69%. Entre 71 y 80 años, la cifra de hombres con HBP se sitúa en el 79%.


Situar la incidencia y prevalencia del cáncer de próstata:


La tasa de incidencia anual en España es de 20-30 casos cada 100.000 habitantes.


Hiperplasia benigna (síntomas y prevención)

Es un crecimiento benigno de la próstata que padecen todos los hombres a partir de los 45-50 años. Este agrandamiento irá estrangulando un poco el conducto urinario, que atraviesa por dentro de la próstata, y dará aquellos síntomas prostáticos en que el chorro de orina será más estrecho, con menos fuerza, el paciente orinará más veces porque no acaba vaciará del todo la vejiga,… Es un proceso en el que, en principio, no se hace tratamiento pero si los síntomas son más importantes se podrá iniciar medicación oral y si eso no es suficiente, siempre quedan los tratamientos quirúrgicos que actualmente son muy resolutivos y permiten que el paciente vuelva a orinar en muy buenas condiciones.

Los tratamientos quirúrgicos, en la gran mayoría de casos, consisten en desobstruir el conducto urinario. En los últimos años esto se está haciendo con cirugía láser que permite vaciar la parte de la próstata que obstruye el conducto urinario y dejar prácticamente la corteza, o parte exterior, de manera que lo que era un conducto estrecho se convierte en un paso muy amplio.


Cáncer de próstata (síntomas y tratamiento)

El cáncer de próstata es asintomático. Actualmente, es el más frecuente en hombres y a tiene un excelente pronóstico si se diagnostica en las fases más iniciales. Diagnosticándolo al principio se curan casi todos los pacientes, de ahí la insistencia de los urólogos en los controles anuales.

El gran tratamiento de cáncer de próstata en pacientes jóvenes, hasta 65-75 años, es la cirugía. Con las actuales técnicas quirúrgicas se puede dejar a los pacientes curados, continentes, sin pérdidas de orina, y con unas erecciones muy razonables. La radioterapia puede ser un buen tratamiento inicial pero para pacientes más mayores; en los últimos años, ha aparecido otra opción de tratamiento que es la vigilancia activa en tumores pequeños y de bajo riesgo de progresión. Esta minuciosa observación del proceso del paciente se basa en controles del PSA y exámenes con tacto rectal de forma frecuente, además de pruebas de imagen con resonancia magnética y biopsias de la próstata de control. Se diagnostican muchos cánceres de próstata y algunos los encontramos en fases muy iniciales y de muy bajo riesgo. Ha quedado claro que estos tumores los podemos vigilar durante algunos años, el paciente no tiene ningún efecto secundario debido a que no está realizando ningún tratamiento, y si el tumor progresa entonces se trata.


La incontinencia urinaria masculina

La incontinencia masculina, que en los inicios de la técnica de prostatectomía radical era bastante frecuente, en los últimos años se ha reducido muchísimo. Con las nuevas técnicas quirúrgicas que permiten trabajar muy bien y con unas manos expertas, la cantidad de pacientes que después de operarse pierde orina es muy residual.


Factores de riesgo

Es importante destacar que, a diferencia de otros tumores, el cáncer de próstata no tiene factores de riesgo claros. Evidentemente, cualquier estilo de vida basado en una dieta saludable, ejercicio, no fumar y evitar la obesidad será positivo para evitar cualquier tipo de tumor pero en el caso del cáncer de próstata no hay ningún factor clave que podamos corregir para evitarlo. La mejor respuesta ante esto es el control urológico anual.

Un dato para la esperanza. Tratamientos y vida con la enfermedad

El cáncer de próstata, aun siendo el más frecuente en hombres, tiene un pronóstico excelente y unas tasas de curación altísimas con escasos efectos secundarios, cuando el diagnóstico es precoz.

NewHomes: Desarrollo de entornos inteligentes para el fomento del envejecimiento activo

Fuente: fgcsic.es

Proyecto de colaboración público-privada orientado a mejorar la calidad de vida de la población sénior y retrasar todo lo posible su pérdida de autonomía.

El objetivo de NewHomes es recoger las vibraciones del suelo en hogares habitados por personas mayores para detectar signos tempranos de fragilidad, mediante la sensorización de espacios y la utilización de inteligencia artificial

La Fundación General CSIC (FGCSIC), junto con BC BIOCON, el Centro de Automatica y Robotica (CAR) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Forum Mare Nostrum SA, ha creado un consorcio para desarrollar NewHomes, proyecto de colaboración público-privada que cuenta con el apoyo del Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación 2021-2023, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Con el objetivo de promover el envejecimiento activo, mejorar calidad de vida de la población senior y retrasar todo lo posible su pérdida de autonomía, el proyecto tiene el propósito de desarrollar un sistema integral en el que, mediante técnicas de inteligencia artificial, se recojan las vibraciones del suelo en hogares habitados por personas mayores para detectar signos tempranos de fragilidad e intervenir sobre ellos.

NewHomes reúne a los más destacados investigadores y tecnólogos en la creación de espacios que incorporan una tecnología invisible, no invasiva, transparente y enteramente respetuosa con la privacidad de los usuarios y sus datos.

A lo largo de tres años, el proyecto se articulará en un plan de trabajo que integra las siguientes actividades:

1. Diseño y despliegue de sensores en los suelos para la obtención de los datos.
2. Diseño de algoritmos para convertir los datos obtenidos en información relevante.
3. Diseño de algoritmos para convertir la información sobre estado y la actividad de los habitantes del edificio en indicadores de su estado de prefragilidad.
4. Validación de los indicadores de prefragilidad obtenidos.
5. Diseño del sistema de interacción personal ABIA.
6. Servicio de vigilancia competitiva.
7. Aplicación y explotación de los resultados previstos.
8. Difusión de los resultados.

Además de las capacidades de los socios para llevar a cabo el proyecto, NewHomes cuenta con la colaboración de OWIT, start up experta en la explotación de vibraciones como fuente de información, que estará a cargo del diseño y desarrollo de los sensores.

Con el grupo de investigación liderado por el profesor Luis Magdalena, catedrático de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad Politécnica de Madrid, que trabajará en la creación de algoritmos para transformar los datos obtenidos en información relevante.

Y con la empresa Acerca, que diseñará y desarrollará el asistente virtual ABIA, interfaz gráfica para controlar y comunicar al usuario con todos los sistemas, sensores y servicios de la vivienda sensorizada.

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Cristina Rodríguez Benito
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