burnout > medidas preventivas

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Desde la aparición del concepto, se han intentado desarrollar estrategias para eliminar o reducir los riesgos que dan lugar a la aparición del Burnout, así como para mejorar la calidad de vida laboral y prevenir el estrés en el trabajo.

Paradójicamente, se suele poner el acento en la intervención individual, cuando se sabe que las causas residen en el entorno de trabajo.

Medidas para prevenir el burnout

se pueden encuadrar en tres niveles distintos de actuación. No obstante, todas las acciones preventivas que se exponen deben ser implementadas desde y por la organización.

1. Nivel organizativo

. Realizar la identificación y evaluación de riesgos psicosociales, modificando aquellas condiciones específicas y antecedentes que promueven la aparición del SQT.

. Establecer programas de acogida que integren un trabajo de ajuste entre los objetivos de la organización y los percibidos por el individuo.

. Establecer mecanismos de feedback o retroinformación del resultado del trabajo.

. Promover el trabajo en equipo.

. Disponer de oportunidad para la formación continua y desarrollo del trabajo.

. Aumentar el grado de autonomía y control del trabajo, descentralizando la toma de decisiones.

. Disponer del análisis y la definición de los puestos de trabajo, evitando ambigüedades y conflictos de roles. Establecer objetivos claros para los profesionales.

. Establecer líneas claras de autoridad y responsabilidad.

. Definición de competencias y responsabilidades. Es esencial conseguir un diseño óptimo de las funciones y responsabilidades propias de la actividad laboral para reducir el estrés de la misma, por ejemplo, a través de formación dirigida a mejorar los recursos instrumentales en su trabajo, así como a aumentar la competencia psicosocial del profesional

. Regular las demandas en lo referente a la carga de trabajo, adecuarla.

. Mejorar las redes de comunicación y promover la participación en la organización.

. Fomentar la colaboración y no la competitividad en la organización.

. Fomentar la flexibilidad horaria.

. Favorecer y establecer planes de promoción transparentes e informar de los mismos.

. Crear, si no se puede eliminar el foco del riesgo, grupos de soporte para proteger de la ansiedad y la angustia.

. Promover la seguridad en el empleo.

. Se puede establecer asistencia, por parte de personal especializado. También informar al personal de los servicios que ofertan las instituciones.

. Facilitar a los trabajadores de los recursos adecuados para conseguir los objetivos de trabajo

2. Nivel interpersonal

. Es preciso fortalecer los vínculos sociales entre los trabajadores, favorecer el trabajo en grupo y evitar el aislamiento. Formarles en estrategias de colaboración y cooperación grupal.

. Promover y planificar el apoyo social en el trabajo

. Se recomienda realizar grupos de apoyo para discutir la relación con el trabajo por parte de los profesionales.

. Dirigir bien y con un estilo adecuado. Formar a los gestores en ello.

. Entrenamiento en habilidades sociales

. Es preciso establecer sistemas democráticos-participativos en el trabajo.

. Consolidar la dinámica grupal para aumentar el control del trabajador sobre las demandas psicológicas del trabajo.

. Establecer trabajos de supervisión profesional (en grupo) a los trabajadores

3. Nivel individual

. Realizar una orientación profesional al inicio del trabajo.

. Es importante tener en cuenta la diversificación de las tareas y la rotación en las mismas.

. Poner en práctica programas de formación continua y reciclaje.

. Mejorar los recursos de resistencia y proteger a la persona para afrontar las situaciones estresantes.

. Formar en la identificación, discriminación y resolución de problemas.

. Entrenar en el manejo de la ansiedad y el estrés en situaciones inevitables de relación con el usuario.

. Implementar cambios de ambiente de trabajo, rotaciones.

. Entrenamiento en el manejo de la distancia emocional con el usuario, manteniendo un equilibrio entre la sobreimplicación y la indiferencia.

. Establecer programas de supervisión profesional individual.

. Aumentar los recursos o habilidades comunicativas y de negociación.

. Trabajar el feedback, reconociendo adecuadamente las actividades finalizadas.

. Entrenamiento a fin de conseguir un ajuste entre el individuo y su puesto de trabajo

Complementariamente, como elementos útiles para proteger y promover un mayor control del trabajador, es interesante el uso de algunas técnicas:

. Trabajar desde las técnicas de reestructuración cognitiva (con el fin de modificar los procesos cognitivos de autoevaluación de los profesionales). Se trata de volver a evaluar y reestructurar las situaciones problemáticas para que dejen de serlo.

. Adiestrar en técnicas de autorregulación o control (que neutralicen o eliminen las consecuencias del síndrome): de gestión del tiempo, de delegación, de desarrollo de habilidades sociales, de asertividad, de entrenamiento en solución de problemas, etc., que mantengan la motivación y el sentido del desempeño del puesto en el trabajo.

. Aprender técnicas de relajación, yoga y otras, para que la persona esté en mejores condiciones de afrontamiento.

Fuente: Centro nacional de Condiciones de Trabajo. Síntesis del artículo de Manuel Hidalgo Vega, licenciado en psicología

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