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Octubre 2011

El Alzheimer diez años antes

Autora: Isabel Landa
Fuente: El País

Un proyecto para el diagnóstico precoz de la enfermedad atrae a 500 voluntarios en su primera fase. Se trata de identificar a poblaciones de riesgo

La enfermedad del alzhéimer es uno de los grandes retos de la sociedad. Hoy por hoy no existen curas y poco se sabe del origen de una de las enfermedades neurodegenerativas más devastadoras. Pero la realidad es que existen 600.000 personas afectadas en España y serán 1.200.000 en 2025, según la Confederación Española de Familiares de Enfermos de Alzhéimer y otras Demencias (Ceafa).

Andrés, de 59 años, no se lo pensó dos veces cuando se ofreció como voluntario para participar en un proyecto cuyo objetivo es el diagnóstico precoz de una enfermedad que se detecta tarde. La clave para la aplicación de tratamientos eficaces se encuentra justo diez años antes de los primeros síntomas, cuando el cerebro empieza a registrar pequeños cambios que vaticinan la futura aparición del alzhéimer.

El Centro de Investigación y Terapias Avanzadas (CITA-Alzhéimer), ubicado en San Sebastián, analiza el cerebro a través de las imágenes. El proyecto Gipuzkoa Alzhéimer pretende identificar marcadores genéticos a través de uno de los más avanzados sistemas en neuroimagen; un escáner de casi 12 toneladas y 3 teslas (lo habitual es 1,5 en los utilizados en los hospitales).

El estudio, uno de los más exhaustivos que se está llevando a cabo, ha conseguido en menos de tres meses movilizar a 500 voluntarios. "La medicina del futuro tiende a ser personalizada, predictiva y participativa", apunta Gurutz Linazasoro, neurólogo y director científico de CITA-Alzhéimer, fundación creada en 2007.

Andrés acaba de salir de la prueba de la punción lumbar. La extracción de una muestra de líquido céfalo-raquídeo es una de las partes fundamentales del estudio -en su primera fase- porque en este líquido se analiza el depósito de la proteína amiloide-b en el cerebro, uno de los signos más específicos de la patología del alzhéimer.
En una sala donde se recupera de la punción, Andrés, uno de los 63 voluntarios que ha pasado algunas de las pruebas, cuenta relajado su experiencia: "La verdad es que venía un poco nervioso pero casi no me he enterado. ¿Por qué me he animado? Es una forma de aprender, más allá de hablar de fútbol o tomar copas con los amigos".

Ernesto Sanz Arigita, director de neuroimagen, subraya el triunfo de lograr centenares de voluntarios sanos: "La respuesta ha sido espectacular. En un proyecto similar en Holanda me costó un año encontrar a 20".
Junto con la punción lumbar, a la que un 60% de los voluntarios han accedido, se suman análisis de sangre y dos sesiones de neuroimagen; una estructural y otra funcional.

Con edades comprendidas entre los 50 y los 65 años, los voluntarios están divididos casi al 50% entre personas con riesgo (antecedentes familiares, problemas de memoria, etcétera) e individuos sanos. Cada paciente podrá saber el resultado de las pruebas.

El estudio permitirá la recogida de datos clínicos, neurológicos, estadísticos, psicológicos y nutricionales. Este último apartado aportará además información valiosa sobre los hábitos alimenticios que, en opinión de los investigadores, pueden influir en la enfermedad y que apenas se recoge en otros estudios similares. El proyecto, que arrancó con la aportación económica de una familia donostiarra y se mantiene en tiempos de crisis gracias a la colaboración de las Administraciones central, autonómica y provincial, además de la Kutxa Obra Social, realizará el seguimiento de los voluntarios durante los próximos años para comprobar el estado de su rendimiento cognitivo, el volumen cerebral y los cambios que vayan experimentando.

Tras los primeros datos de la primera fase de la investigación, CITA-Alzhéimer iniciará la segunda fase, que contará ya con 2.000 o 3.000 personas. Será en ese momento cuando se pondrán a prueba esos posibles marcadores específicos para sacar conclusiones más determinantes y validarlas como herramientas de detección efectivas.

"Resulta frustrante que los tratamientos nuevos dirigidos a combatir los mecanismos de la enfermedad no funcionen. Las pruebas para el diagnóstico como el PET son caras y difíciles de hacer y los médicos en general no están por la labor de hacer punciones lumbares a una persona aparentemente sana que solo tiene fallos de memoria. Y, menos aún, si no está demenciada. Es el mismo debate que está abierto en la sociedad científica", explica el neurólogo Pablo Martínez Lage.

El objetivo final es saber cuándo se producen los síntomas, cuándo empiezan esas primeras neuronas a morirse, los primeros cambios en el cerebro hacia una degeneración neuronal. En este sentido, el estudio va acompañado de un proyecto paralelo que se llama Redes en riesgo que consiste en encontrar los mecanismos que utiliza el cerebro para enmascarar los fallos.

Los investigadores de CITA-Alzhéimer trabajan con el deseo de que algún día se pueda plantear una verdadera prevención específica del alzhéimer. Para ello, la única manera es definiendo a las poblaciones de riesgo. "Nadie está libre del alzhéimer, es una de las enfermedades más democráticas.

Galicia acreditará los servicios que se prestan en cada centro

fuente:gerokon

El nuevo protocolo de acreditación, que ha sido presentado ante el sector la conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, y la directora general de Dependencia, Coro Piñeiro, busca ofrecer una atención homogénea tanto en los servicios públicos de dependencia como en los concertados.

El modelo de atención y acreditación de los centros que ofrecen servicios a personas dependientes cambiará notablemente en los tres primeros meses del año que viene. Las autorizaciones serán para servicios concretos -residencia asistencial, lavandería o fisioterapia, por ejemplo- y no por tipos de centros, como se hace en la actualidad.

El ingreso en una residencia o en un centro de día, reservada hasta ahora a los mayores de 65 años -en algunos casos, de 60-, dejará de regirse por el criterio de la edad. Siempre que el interesado posea un Programa Individual de Atención (PIA), con una dependencia reconocida que lo recomiende, podrá hacer uso de este servicio.

Galicia es la primera comunidad autónoma en implantar este modelo, que estará regulado por un decreto todavía en fase de redacción. En los tres primeros meses de 2012 entrará en vigor la orden que fija los criterios para cada acreditación.

Entre esas exigencias estará la de ofrecer servicios especializados para dolencias que hasta ahora recibían una atención más general. Es lo que la consellería denomina "servicios específicos", destinados a pacientes de más de 16 años con dependencia causada por algún mal concreto y diagnosticado. Así, los centros que quieran atender a un enfermo de alzheimer tendrán que contar con un programa diseñado para este tipo de pacientes, con profesionales formados en la materia. La consellería planea diseñar un catálogo específico de servicios para los dependientes por discapacidad física, parálisis cerebral, daño cerebral, discapacidad intelectual, trastorno del espectro autista y enfermedad mental, además del alzheimer.

Esta es, según Mato, la principal virtud del nuevo modelo, configurado como "un menú flexible, en el que se podrán combinar los diferentes recursos según las necesidades y perfiles de cada colectivo". El cambio en las condiciones de acreditación llega tras diversas consultas con profesionales del sector y asociaciones de afectados por alguna discapacidad. Las encuestas, más de 600, revelaron fallos en el acceso a los servicios. "Hay gente que se nos está quedando sin atender. No les estamos dando una respuesta personalizada porque estamos trabajando con estándares", reconoce Coro Piñeiro, encargada de explicar los detalles del nuevo modelo ante el auditorio, abarrotado, del Centro de Novas Tecnoloxías de Galicia.

"Hay más colores, más matices a los que dar respuesta", admite. Desde la consellería defienden que el nuevo protocolo garantizará que el paciente reciba una atención homogénea y adaptada a su problema en cualquier centro, sea público o concertado. "Así logramos una cartera más cerrada, más controlada", aseguran. Todavía no está decidida la frecuencia con la que las empresas tendrán que renovar sus permisos, aunque las inspecciones de control seguirán siendo anuales.

La acreditación por servicios afectará a todos los centros públicos, que tendrán que adaptarse al decreto solicitando autorización para sus ofertas por separado. Las residencias privadas deberán someterse a la misma exigencia si quieren concertar servicios con Benestar. Podrán, además, tramitar atención especializada de fisioterapia o ofrecer servicios de lavandería, tanto para los usuarios del centro como para otras personas con un grado de dependencia reconocido, aunque no estén adscritos a esa residencia o centro de día. "Permitirá ampliar los beneficios porque vuestra cartera [la de las empresas con las que Benestar concierta servicios] se va a diversificar para llegar a más gente", pronostica Piñeiro.

Aunque la gran novedad del nuevo modelo es la puestar en marcha de protocolos propios para cada colectivo, se mantienen una serie de "servicios comunes" como la ayuda en el hogar, la teleasistencia y geolocalización, la atención diurna y residencial y los programas de prevención de la dependencia, que pueden solaparse con los específicos para cada mal. Dentro de esta cartera común está también la atención temprana a niños de entre cero y seis años, que incluye aspectos tan variados como el apoyo emocional o la estimulación psicomotriz. La asistencia personal en casa del dependiente se apoyará con ayudas económicas.

Científicos españoles desarrollan una vacuna preventiva contra el alzheimer testada en ratones

Fuente: rtve.es

La patente ya ha sido admitida por la Oficina de EE.UU.
Podría estar lista en ocho años con un coste aún desconocido


Un grupo de científicos del centro gallego de investigación biomédica Euroespes, encabezados por el doctor Ramón Cacabelos, han desarrollado una vacuna preventiva contra la enfermedad del Alzheimer, cuya patente ha sido admitida por la Oficina de Estados Unidos. "Es un paso más en la lucha contra la enfermedad", ha señalado el doctor Cacabelos.

La vacuna, EE-AD-SP1, la primera preventiva y terapéutica, ha sido testada en ratones transgénicos y permite interceptar el proceso de muerte cerebral, iniciado una vez alcanzada la madurez cerebral a los 30 años, evitando que la enfermedad se reproduzca en la vejez.

Asimismo, ha demostrado su eficacia para reducir los rasgos patogénicos de la enfermedad en animales que manifestaban signos de degeneración cerebral.

La vacuna, que se administraría en tandas, introduce un nuevo inmunógeno-adyudante que favorece la generación de anticuerpos contra las placas neuríticas donde se acumula la proteína bet-amiloide que daña el cerebro de los pacientes de Alzheimer.

Las características del fármaco, encapsulado en liposomas ricos en esfingosina-1-fosfato que contribuyen a la regeneración neuronal, evita además las hemorragias intracreaneales y efectos secundarios de otros medicamentos contra el alzheimer.

Una vacuna terapeútica y preventiva

Esta doble vertiente, terapéutica y preventiva, convierte a esta vacuna en una nueva herramienta en la lucha contra la enfermedad que podría beneficiar tanto a las personas con alto riesgo de desarrollar la enfermedad como a las que ya lo han hecho.

Tras ser admitida por la Oficina de Patentes de Estados Unidos, la vacuna será desarrollada clínicamente en el extranjero, previsiblemente en el citado país. "Europa es lenta en el desarrollo farmacéutico", ha afirmado Cacabelos.

La estimación del grupo Euroespes, que a lo largo de sus 20 años de trabajo ha participado activamente en el desarrollo de tres de los cinco fármacos que actualmente se utilizan para combatir la enfermedad, es que la vacuna pueda estar lista en un periodo de entre 6 y 8 años, con un coste que todavía se desconoce. "Todo depende de los tiempos de la burocracia", ha precisado Cacabelos.

Tercer problema de salud en el mundo

Actualmente el alzheimer es, junto a la demencia vascular, el tercer problema de salud en el mundo y la quinta causa de muerte en mayores de 65 años en Estados Unidos.

De hecho, en la Unión Europea los costes por demencia suponen a los contribuyentes unos 160.000 millones de euros, con un coste medio por paciente de 22.000 euros anuales. "Por cada año que retrasemos la aparición de la enfermedad reduciremos la prevalencia en un 30%", ha explicado Cacabelos.

Por ello, el desarrollo de una vacuna como ésta permitiría mejorar las condiciones de vida de la población y reducir el coste sanitario de la enfermedad entre un 20 y un 30% en cinco años.

Quemados

Elvira Megías
Fuente: elcomerciodigital

El frenético, el ‘sin desafíos’ y el desgastado, son los nuevos perfiles que definen qué tipo de ‘burnout’ padece una persona. /

Los perfiles de 'Burnout'

Frenético

Lo pueden padecer personas que trabajan cada vez más duro, hasta el agotamiento. Invierten mucho tiempo en el trabajo y se caracterizan por tener una implicación excesiva, grandes ambiciones y una sensación de abandono de la vida personal y de la salud en el trabajo. En este perfil suelen incluirse aquellos con jornadas partidas, pluriempleo, contratos temporales, etc. A lo largo de la vida laboral, y de padecer los tres perfiles, este sería el primer nivel.

Sin desafíos

Lo pueden padecer aquellos empleados que afrontan situaciones laborales poco estimulantes que no les proporcionan la satisfacción necesaria (por ejemplo, personas que desarrollan tareas monótonas). Sus rasgos más distintivos son indiferencia, aburrimiento y falta de desarrollo personal en su puesto. También podría ser el segundo nivel en un proceso de ‘burnout’ que se ha alargado en el tiempo. Este perfil es más frecuente que se dé en hombres.

Desgastado

Sería el último nivel o el perfil que forman los individuos que se rinden frente al estrés o la ausencia de gratificación. Estos empleados sentirán falta de control sobre los resultados de su trabajo y de reconocimiento de sus esfuerzos y se les reconoce porque abandonan o desatienden sus tareas. Un ambiente familiar agradable protege contra este perfil.

Las consecuencias de sufrir ‘burnout’ son muy graves. Entre otros trastornos destacan las cefaleas, los dolores musculares o la depresión

Un grupo de investigadores de la Universidad de Zaragoza ha sido el encargado de dibujar los tres perfiles que ilustra la fotografía. Los expertos recomiendan recibir tratamiento especializado si el trabajador se identifica en alguno de los caso

Se siente desilusionado con su trabajo hasta el punto de que no le quedan ni fuerzas ni ganas para acudir a su puesto? ¿Está agotado y aburrido? ¿Padece de insomnio, jaquecas, úlceras o se siente deprimido? Si es así, es probable que esté padeciendo lo que se conoce como síndrome de ‘burnout’, uno de los daños más importantes asociado al estrés laboral crónico.

El problema es que hasta ahora era tan difícil de diagnosticar que no se trataba directamente en las consultas de atención primaria o de salud mental –los profesionales se centraban solo en los trastornos asociados a él (la depresión o la ansiedad, por ejemplo)–. Pero eso ha comenzado a cambiar.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Zaragoza, liderado por el psicólogo clínico Jesús Montero-Marín, ha diseñado la primera herramienta-cuestionario que, en tan solo 36 preguntas, permite acertar con un diagnóstico más específico de un síndrome en alza que mantiene unas tasas de prevalencia que oscilan entre el 10 y el 50% de los trabajadores, en función de la ocupación y de la idiosincrasia y el perfil del puesto de trabajo.

«Clásicamente el ‘burnout’ se ha definido por la sensación de agotamiento, de cinismo y de falta de eficacia en el trabajo que causa en quien lo padece. Ahora nosotros hemos identificado tres perfiles diferentes que nos permiten ajustar en mayor medida los tratamientos que vayamos a desarrollar con cada uno de los individuos afectados», explica Montero-Marín.

El frenético, el ‘sin desafíos’ y el desgastado son los nuevos perfiles que definen qué tipo de ‘burnout’ padece una persona o en qué nivel se haya según la hipótesis longitudinal con la que trabajan los investigadores, ya que también se asocia cada uno con una etapa en la trayectoria de un trabajador.

De este modo, el frenético, que está directamente relacionado con la cantidad de horas que se dedican al trabajo –a mayor cantidad mayor probabilidad de desarrollar este perfil– también es más fácil que lo padezcan aquellos que comienzan su trayectoria laboral por la inestabilidad de su puesto y el mayor grado de implicación.

Mientras, el perfil que corresponde al trabajador ‘sin desafíos’, que en una vida laboral sería el nivel 2, es el más característico de aquel tipo de ocupaciones «monótonas, tediosas o repetitivas como las que se dan entre el personal de administración», afirma el investigador. Por último, el desgastado se asocia a personas que llevan mucho tiempo en el mismo lugar.

El test del quemado

Con tan solo 36 preguntas un trabajador podrá averiguar si padece o no algunos de los tres perfiles de ‘burnout’. El equipo de la Universidad trabaja ahora en desarrollar www.solucionestreslaboral.com, una web que desde este mes de octubre ofrecerá esta herramienta a los trabajadores: «Tras responder a todas las preguntas y a través de unas claves de corrección la persona que haga el test podrá tener un informe de cómo se encuentra», explica el investigador.

Una vez identificado lo que nos sucede, lo mejor es ponerse en manos de un psicólogo clínico con experiencia en este tema para comenzar un tratamiento: «Nuestro equipo investiga ahora abordajes terapéuticos específicos para cada uno de los tres perfiles», matiza Montero-Marín.

Esto es importantísimo, ya que las consecuencias de padecer ‘burnout’ son muy graves: a nivel físico el individuo padecerá cefaleas, dolores musculares, problemas gástricos o de piel, insomnio... A nivel psicológico: ansiedad, obsesión-compulsión, depresión, irritabilidad, ideación paranoide, alcoholismo, adicciones, etcétera.

Además no solamente afecta a la salud del trabajador, sino a la de la empresa, ya que el absentismo laboral que provoca incide negativamente en los costes.

De hecho, y según datos de la Agencia Europea para la Salud y la Seguridad en el Trabajo, en torno a un 55% de las bajas laborales producidas en la Unión Europea están relacionadas con el estrés laboral en general y su coste económico anual asciende a unos 20.000 millones de euros.



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Cristina Rodríguez Benito
directora de infogerontologia.com

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